martes, 23 de abril de 2013


   Daniel nos ha dibujado también su visión de la historia.


Los pollos corrían y cacareaban como poseídos por el diablo...



La segunda historia fue:

 "La pata de palo" de José de Espronceda, 

Esta terrorífica narración basada en una noticia leída por el autor allá por el siglo XIX,  cuenta los extraordinarios sucesos acaecidos a un rico y orondo comerciante que perdió su pierna y la sustituyó por otra que tenía un poder especial: andaba y corría sola. El lo quería para poder cobrar lo que había prestado con usura, pero su avaricia tuvo una justo castigo, por lo que nuestro desdichado comerciante se vio condenado a arrastrarse tras su pata de palo, adelgazando y adelgazando hasta reducirse a un esqueleto.

 Lo último que se sabe de él es una noticia aparecida en un periódico de China y es que unos turistas habían visto correr una pata de palo seguida por unos huesos casi transparentes en la Gran Muralla.

...Y como no sabemos en qué acabará la historia, así la han imaginado...



Raúl Botías:...El esqueleto siguió arrastrando el culo y encontró una mujer a la que pasó lo mismo y se enamoró de ella.
Los dos siguieron y siguieron, hasta que...sus piernas se unieron a los cuerpos, tuvieron hijos que fueron esqueletitos.


Ana Castillo:

La pata de palo seguía moviéndose. Pasaron 14 años y por fin se paró. No podía más y tenía que descansar
Cuando descansó se puso otra vez a caminar y en 1999 seguía moviéndose y en el año 2003 volvió a parar.
Al descansar se encontró con la gente del pueblo y vio a una persona que no tenía pierna y entonces la pata de palo se fue hacia ella, se le pegó y empezó otra vez a correr de forma endemoniada.
Y, desde entonces, sigue corriendo y cuando acaba con una persona, se apodera de otra y así continuará hasta el final de los tiempos.

Xandra Oliva:Como tenía el móvil encima llamó al fabricante de la pata de palo y le dijo:
-¡Quiero que me quite esta pata y que me fabrique una silla de ruedas!.
Una vez conseguida su silla el rico y avaro comerciante siguió casa por casa pidiendo el dinero que le debían.

David Martínez.De tanto andar la pata y el esqueleto quedaron agotados y al final se pararon.
Llegaron a un pueblo de China. Un científico loco llamado Iscul lo vio y pensó:
-¡Estas partes del cuerpo son las que me faltaban para completar mi Isculstein, mmm...! ¡Qué loco estoy, jajaja...! (quería hacer una versión de Frankenstein).
Los atrapó y... ¡Plass! ¡ Isculstein!